De pequeño
solía leer un poema en El Sembrador Escolar, uno de esos libros que marcan la
vida de todo niño, era un poema que no tenía firma pero lo adopté, y memoricé,
lo escribo para deleite mío y de algún lector que coincida conmigo.
—El Pastor
de estrellas—
En el risco
más solo y escarpado
De la
sierra distante,
Vive un
pastor de Cabras, ignorado
De todos, e
ignorante.
Resplandece
en los ojos del cabrero
La gloria
de la cumbre,
Y del
naciente sol es el primero
Que recibe
la lumbre.
Con una
áspera Piel de su rebaño
Cubre sus
desnudeces,
Y se
alimenta, tal un ermitaño,
De raíces y
nueces.
Libre como
las águilas salvajes,
Odia la
tierra baja,
Y duerme
bajo plácidos follajes
Sobre un
lecho de paja.
Como nunca
a los riscos de la sierra
Se aventura
un viandante,
Imagina el
pastor que de la tierra
Es el solo
habitante.
No sabe el
idioma de los hombres
Sino medias
palabras,
Y llama a
las estrellas con los nombres
Que les
tiene a sus cabras.
A la luz
indecisa del boyero,
En las
cumbres aquellas,
Más que un
pastor de cabras, el cabrero
Es un pastor de estrellas...
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