MANYULA
¿Se
acuerdan de Manyula? Su nombre significa "Muchacha" Nació en La
India, y fue traída al país en el año 1955, pero ya había vivido 3 años en el
zoológico Carl Hagenbecks Tierpark de Alemania. Desde entonces, estuvo en su
recinto hasta su muerte. En ese mismo lugar fue sepultada.
¿Pero
qué tenía Manyula? ¿Por qué tanto alboroto por la muerte de un animal? ¿Qué la
hacía especial? Muchos animales mueren en el zoológico, pero ningún deceso
había ocasionado tanto que hablar en nuestro pequeño país, hasta que una
elefanta de 59 años muere a consecuencia de una deficiencia renal...
Por
un día, los medios de comunicación a nivel nacional desviaron su atención de la
política y los homicidios para dar una amplia cobertura al suceso... hay luto
nacional. Todos estamos tristes.
¿Por
un paquidermo? ¿Todo eso por una elefanta? No es en sí la muerte de un animal
lo que consternó al país entero en su momento; sino lo que ese elefante
significaba para todos... Con la muerte de Manyula, se va una parte de nuestra
infancia, quedando un vacío difícil de llenar, y aunque no creo en el cielo de
los elefantes, la echaré de menos.
Manyula
es para muchos salvadoreños una conexión con nuestra infancia, quizá la época
más feliz del ser humano y de alguna manera la elefanta significaba eso para
todos... alegría, un breve momento de felicidad para muchos, en los días en que
la guerra asolaba el país, y para otros el regocijo de la convivencia en
familia, momentos que se grabaron como una fotografía en el recuerdo de los que
alguna vez pudimos volar al lado de las aves sobre las níveas nubes donde
hacían los palacios los gigantes...
Recuerdo
haberla visto por primera vez estando yo en los brazos de mi padre después de
haber hecho cola por mucho rato para poder entrar al Zoológico Nacional. Mi
padre me levantaba lo más alto que podía y me decía: "Mira, Miguelito,
mira el elefante" y yo, mudo de asombro, nunca imaginé ni remotamente que
hubiera un animal tan grande. Para mí, el animal más grande era el toro rejero
que tenía un señor al que llamaban Beto...
Y
el tiempo pasó, y con él perdimos las alas y dejamos de volar, olvidamos que
los gigantes viven en las nubes, olvidamos por qué el ajetreo cotidiano de la
madurez exultante nos asfixió con los problemas de la vida... La ilusión fue
salvajemente exterminada por la cruda realidad de un mundo que cada vez se
encamina al desastre... nos convertimos en fantasmas que penan sin encontrar
descanso alguno.
Nos
olvidamos de Manyula.
¡Hasta
que volvimos a nacer, en nuestros hijos! Y pudimos ver en sus ojos el brillo y
la ilusión que alguna vez tuvimos, y recordamos a nuestros padres levantándonos
en alto y diciéndonos "Mira allí está el elefante" y entonces
regresamos a aquel pequeño recinto que mantenía prisionera una parte de nuestra
infancia. Y allí estaba ella, como siempre, esperando algún churrito con la
trompa extendida. Quizás una lágrima habrá rodado por nuestros curtidos rostros
y levantando a nuestros hijos lo más alto que pudimos les dijimos "Mira,
allí está el elefante".
Por
eso Manyula es especial, por la conexión generacional que simbolizaba. Por eso,
el país lloró durante un día entero.
—Miguelan
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