LA GRUTA DEL ESPIRITU SANTO
"Corinto,
Morazán, la tierra de mis ancestros por línea paterna, una ciudad fundada cerca
del cielo, en la cúspide de una región montañosa, cercana a la hermana
república de Honduras, existe como tal desde 1882, pero ni remotamente se vayan
a imaginar que fue entonces cuando el homo sapiens pisó por primera vez esos
lugares, no, no y no.
Existe
en esos lugares evidencia de que la zona estuvo poblada desde hace más de
12,000 años, es decir, en el paleolítico, o mejor conocida como la Edad de
Piedra. Nunca había estado allí, así que me debía un viaje para conocer el
terruño donde comenzó la estirpe de mi generación, y quizá la de todos los
salvadoreños. Y aunque por cuestiones laborales había estado cerca (sociedad),
nunca me había aventurado más allá porque no quería que mi arribo a ese rincón
de El Salvador fuera por motivos laborales; quería que fuera algo con un poco
más de mística.
La
camioneta devoraba los kilómetros mientras serpenteaba, rugiendo su poderoso
motor japonés de 6 cilindros. Miguel Bosé sonaba como fondo de lujo para una
plática de camino con mi hermano, sobre políticos corruptos y torogoces
vilipendiados a quienes la guerra solo dejó miseria y tristeza.
—
Se acabó la guerra, agarremos la cuma y sigamos a lo nuestro — "Solo que
ahora ya no son jóvenes y fuertes, sino viejos y algunos lisiados
excombatientes que nada más trabajo de 'chaneque' consiguen, mientras que otros
se pasean por la Zona Rosa en sus camionetas blindadas gastándose en una cena
el alpiste con que comería una familia de ex guerrilleros todo el año."
Como
es temporada de cacería de indecisos (porque los fanáticos, llámese voto duro,
esos que votan por un ladrillo o una escoba siempre y cuando sea del partido,
no necesitan publicidad partidista) por aquí y por allá nos encontrábamos con
algún mitin político. El cielo era muy azul, <<aunque no tanto como el de
Egipto>>, y las impresionantes montañas recortaban el infinito como
pinceladas exquisitas del divino pintor.
Y
allí estaba la ciudad de Corinto, (por fin después de infinitas curvas), con
sus mujeres bellas y coquetas, algunas de ojos muy azules. Corinto de casas
antiquísimas fundadas sobre tierra blanca y rodeado de Jaragua; Corinto, donde
mi padre corría descalzo y sin camisa por calles polvorientas.
Más
allá, en las afueras de la ciudad, está la Gruta del Espíritu Santo, un lugar
lleno de pinturas rupestres, algunas en positivo y negativo, hechas por
salvadoreños de la edad de los picapiedra y que representan figuras de
danzantes, cazadores y animales. Para su elaboración, utilizaban una rara
pintura de origen vegetal para manifestar su arte, su cultura y sus creencias
religiosas.
La
Gruta del Espíritu es una milenaria bóveda de piedra caliza de unos 50 metros
de diámetro, ubicada a una altura de 820 metros sobre el nivel del mar, al
noroeste de la ciudad de Corinto. Según un estudio de la National Geographic,
es un sitio paleo-indio con una fecha de surgimiento de aproximadamente 12,000
A.C., y que posteriormente fue ocupado por los lencas, quienes utilizaban la
cueva como una base de operaciones para los cazadores que abastecían de carne
la zona. Durante el conflicto armado, era una base de operaciones militares
donde, según pruebas irrefutables (proyectiles balísticos), utilizaban las
figuras rupestres para 'blanquear' o practicar su puntería. ¡Qué tristeza…
cuanta ignorancia! Gracias a Dios no la acabaron, y aún quedan figuras que
pueden apreciarse sin mucho esfuerzo. Actualmente es administrada por el
Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (Concultura).
Si
usted quiere visitar este lugar y es propenso al mareo con la altura y las
curvas, no olvide llevar una buena dotación de pastillas Novomit o un balde
para vomitar. Ah, y el último disco de Miguel Bosé."
—Miguelan.
(2023)
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