EL PLACER DE LOS LIBROS USADOS
Leyendo un poco mientras
cae serena la lluvia…
Este ejemplar me lo regalé
solamente para no olvidar el placer de hojear un libro.
(Hace algunos años solo
leo libros digitales)
Haciendo alguna
diligencia, me topé hoy por la tarde con una vendedora de libros usados en un
centro comercial.
Me pareció, a primera
vista un fantasma de mi infancia, ignorado por todos los viandantes que
absortos en sus "smartphones" caminaban ahítos de redes sociales.
¡Pareciera que hoy todo es
virtual!
¡Pareciera que hoy todo es
en línea!
Rodeé la mesa atiborrada
de libros de todas clases sin ningún orden específico.
"Sangre y
Clorofila" —leí.
¡Hace días quería leer ese
libro!
¡Me encanta Virgilio!
desde "La mansión del pájaro serpiente" hasta "Carazamba" y
esta obra estaba en el extenso anaquel de libros que tengo pendientes de leer.
Terminé de rodear la mesa
solamente por la gula literaria; pero ya me había decidido que sería ese el que
iba a comprar.
El gusto por los libros
viejos me viene de línea paterna, desde mis reminiscencias más lejanas
caminando por el centro de San Salvador, a través del parque Centenario y más
cerca en el tiempo por las pulgas de Santa Ana, cerca del parque Colón.
¿Cien Años de Soledad en
Guadalajara? No… ese lo tuve que comprar nuevo.
Me gustan los libros
usados, con sus páginas manoseadas y amarillentas, adivinando letras entre los
agujeros del comején; me gustan los libros rancios porque tienen historia,
porque tienen la energía de aquellos que escudriñaron con esmero la sabiduría
de sus letras; y si uno tiene suerte, puede encontrarse alguna joya entre sus
páginas, algún tiquete de autobús de quien sabe cuándo a modo de separador, una
carta de amor o alguna foto sin nombre.
Me gustan los libros que
no tienen muchas páginas y son fáciles de digerir, me gustan los libros que se
dejan leer por toda clase de personas sin tener que mandarnos al diccionario a
cada rato, me gustan los libros que no se detienen mucho en la descripción del
entorno y se pueden devorar de una vez en una tarde tranquila o hasta quedarse
dormido una noche de borrasca.
Pareciera que este libro
pasó por muchas manos antes de llegar a las mías. Tiene algunas líneas
subrayadas con lápiz, y a pie de página se pueden leer algunos apuntes que
dicen: "estudiar esto para el lunes".
¡Algún estudiante o muchos
antes que mí, recorrieron éstas páginas, estas letras, estas aventuras!
Aún no lo termino, me
detuve un momento para hacer este apunte y comer algo mientras la vista
descansa un poco…
—Miguelan 2022
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